Archive for marzo, 2009

The Visitor

lunes, marzo 16th, 2009

 e1-10-metro.JPG   Para ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

Tom McCarthy me emocionó con Vías Cruzadas, película que escribió y dirigió, y por supuesto, me enseñó a mirar sin miedo la diferencia. En este caso la diferencia de una persona pequeña, pero mucho más grande que otros con centímetros de más. Si aquella película me conmovió, The visitor no sólo no le va a la zaga sino que estremece su lección de humanidad transformadora y solidaria.

¡Cómo nos puede cambiar la vida cuando la casualidad nos empuja por caminos que ni buscamos ni esperamos! Así le ocurre a Walter Vale, un hombre sin sal, ni paz, ni amigos y si me apuráis más bien una especie de zombi atascado en su ombligo y en hazañas que no pueden ser las suyas, una vez perdido en esa existencia amorfa debido a la muerte de su mujer y a la apatía para enseñar a sus alumnos.

Pero un hecho le volverá del revés. Empezará a latir de nuevo. A mirar a la gente que le rodea, a sentir atracción, a pesar de sus 62 años, por alguien cuyo pasaporte se llama ternura.

Richard Jenkins, el padre muerto pero que se aparece a sus hijos -esa tribu de jóvenes perdidos en sus miedos- de la serie de HBO A dos metros bajo tierra, tiene una interpretación tan cercana, tan auténtica, que conmueve y estremece. No menos trascendente es el papel de Hiam Abbas, protagonista de Los limoneros, a la hora de descongelar a este hombre y su bongo. Y los secundarios tienen la grandeza de las primeras figuras. Creíbles, cercanos.

Cine de compromiso, de los adentros, de ése que remueve y que pregunta. ¿Obtendrá nuestra respuesta?

El globo

jueves, marzo 12th, 2009

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No significa «cogerse un globo» y enfadarse, tampoco comprarle un globo a los niños. Menos aún pincharles el globo para que lloren y pataleen. Ni siquiera tener la tripa como un globo. Hablo de subir en globo y ver la tierra desde arriba, la gente que va en coche, o la que camina acercándose al lugar por donde vuelas.

Ir escuchando el sonido del gas mientras con la mirada abarcas un vasto territorio y, allí de pie derecho, codeándote con los compañeros con los que compartes el viaje, piensas que nada de lo mirado es tuyo pero, en ese instante, está a tu entera disposición. Y si eres tan patosa como yo, aunque no lo pienses, sabes que cuando el globo aterrice tú te las verás y desearás para no esmorrarte cuando trates de saltar la cestita de marras. Sin embargo, a pesar de que, en efecto, casi me esmorré, no me  hubiera perdido ese vuelo y, si tengo ocasión, repetiré.

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Yo estaba allí

miércoles, marzo 11th, 2009

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Era 1973, de eso ha llovido mucho. España todavía no había alcanzado la ansiada democracia. Vivíamos en una dictadura moribunda pero nos permitían viajar a los Paises del Este, para que viéramos que allí estaban igual pero mandando los del otro lado del telón: los comunistas.

Dictaduras ni verlas. Vengan de donde vengan y se vistan de celofán o de lagarterana -que diría mi muy querido Forges-. La democracia con sus imperfecciones ¡y tiene a kilos! siempre será preferible a aquella oscuridad que, aquí sufrimos durante cuarenta eternos años. Prefiero poder poner y quitar a aquellos que se dedican a la cosa pública y que también la tratan como si fuera sólo cosa, y sin reconocer que están ahí, precisamente, gracias al público que algo tenemos que decir aunque carezcamos del vocerío que algunos utilizan en su propio beneficio.

Pues bien, a este niño polaco me lo encontré en el hall del hotel en el que me hospedé y me pareció la imagen, cruda y dura, de lo tristes que éramos quienes aguantábamos con dolor, miedo y carencias, aquello con lo que los sociópatas dirigentes nos ametrallaban.

No sé su nombre. Él tampoco supo quién era yo.

Sombras chinescas

miércoles, marzo 11th, 2009

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¿Qué es el viaje sino el recorrido entre quienes creemos qué somos y lo que existe de verdad en nosotros? Se desdibuja nuestra fisonomía porque preferimos los sombraluces para esconder los miedos -no las fanfarrias-, los sentimientos -no las inquinas-, la solidaridad -no la prepotencia-… ¿Nos mostramos así para esconder qué y por qué o es que, por desgracia, no sabemos ser de otra manera?

La calma chicha

miércoles, marzo 11th, 2009

Recuerdos de antaño, y de sosiego en Guatemala, después del vendaval (¡y que vendaval, creíamos que se nos volaban las pelucas y el cuerpo se inundaba de chorreones!) mientras nos escondíamos en cualquier rincón a la espera de que este increible lugar: el lago Atitlán y la cadena de volcanes que lo ampara, nos dieran esa paz viajera que despúes de un mes de recorrido, siempre se busca y espera.

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Cerezos en flor y Gran Torino

martes, marzo 10th, 2009

  escanear0002.jpg Para ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

 Este fin de semana vi dos grandiosas películas. Cerezos en flor es de Dorris Dorrie y, Gran Torino de Clint Eastwood, que también actúa. Escribo de las dos al tiempo porque, a pesar de las culturas diferentes, tienen muchas más semejanzas de las que imaginamos. Los protagonistas son personas mayores, unos hijos en tierra de nadie y otros personajes de apenas veinte años, que nada tienen que ver con los protagonistas y, sin embargo, les aportan el amor congelado del que apenas se acordaban.

En teoría, ese amor tendría que darlo la familia, los hijos en el caso de estas dos historias, pero es imposible. No voy a juzgar a los hijos porque según se intuye, padres e hijos son unos auténticos desconocidos y si así se siente, ¿no será mejor querer a aquellos que sin conocerte te dan la vida, ya sea con la presencia, con un guiño, una sonrisa, una postura, plantando cara o, sencillamente, llevándote a la estación del metro correcta?

¿Por qué nos colgamos tanto de las negruras cercanas o instaladas a nuestro alrededor familiar, cuándo la otra, no la que nos ha venido porque sí, sino la que vamos haciendo con el contacto, el cariño, la verdad por delante es con la que podemos seguir aprendiendo a ser mejores personas?

A veces por ceguera, por miedo a repetir los mismos tristes errores o… Pues todo esto es lo que me han hecho sentir estas dos bellas historias del cine. No dejéis de verlas.

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Revolutionary Road

viernes, marzo 6th, 2009

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De parejas y anhelos muertos. De búsquedas y vacíos. De ambiciones y carencias. Esta película es aún mucho más. Es el desconocimiento del otro aunque te acuestes cada noche con él y, si cabe, hagas el amor como si fuera la última vez. Esta película de Sam Mendes basada en la novela de Richard Yates, nos muestra cómo nos aferramos a un sueño sin darnos cuenta de que no lo alcanzaremos porque no tenemos talento para ello. Quizá para algún otro sí, pero eso ni podemos ni queremos verlo.

April quiere ser actriz, triunfar, pero cuando se da cuenta de que no sabe interpretar, de que se deja llevar sólo por el tesón, decide reinventarse su matrimonio y arrastrar a Frank a un viaje/traslado fuera de esa casa, de ese país, con el fin de mantener en pie lo que la incomunicación y el desmorone amoroso ha derruido.  Y, eso, ¿en qué puede ayudar? A engañarse más, a sufrir, a ir a la deriva. 

La formidable novela de Yates, está publicada en Alfaguara y Punto de Lectura.

El poder, ese aniquilador de conciencias

viernes, marzo 6th, 2009

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¿Nos hemos preguntado alguna vez, cuando tenemos la oportunidad de dirigir algún equipo humano, algún trabajo, alguna concejalía, alguna comisión del Parlamento… qué significa el poder hacer o dejar de hacer o cómo hacerlo? Creo que nos cuestionamos poco. Que cuando alcanzamos un puestito sea político, de empresa, de familia, de ONG, se nos olvidan los orígenes, y nuestros afanes se dirigen al ordeno y mando y además me llevo esto porque puedo, quiero y el que venga atrás que arree.

Lo que está pasando en la Comunidad de Madrid y, al parecer en Ayuntamientos y otros lugares en los que gobierna el PP, es algo que me pasma. No tanto lo que sucede si no la cara dura de quienes nos dirigen y esconden. ¿Cuánto esconden, además de la vergüenza? Me duele en el alma ver cómo sus programas de gestión fabulan con el deber, la obligación y transparencias y en cuanto que nos damos la vuelta y dejamos los muebles, se los llevan. Y lo que es peor aquí no dimite nadie. ¿A qué esperan o a qué esperamos nosotros para exigirlo?

No estamos solos

jueves, marzo 5th, 2009

Y sabemos lo que queremos. O ¿tú no lo sabes? Pues en este caso para eso está este blog, para llegar hasta las últimas consecuencias de un pensamiento, una noticia, un libro, una película, un dolor, un amor, una lluvia, un grito, y… ¡AGUA VA!