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Domingo Porlatarde, visitador de profesión; Marta Ortega, dueña de un universo vivo: su casa de huéspedes; Manuela, criada y tonadillera; Benito Sintela, banquero y Emperador; Nayani Amanecer, especialista en aromas; Alma de Dios, psicóloga alternativa en Libre de Ausencias; Custodia de Dios, gemela y algo más, y Pablo Ablador, acaparador de tertulias, son algunos de los personajes de Mañana no ha llegado que han tocado fondo (o están a punto de hacerlo). Sus quehaceres no son habituales, ni sus relaciones, ni sus manías, ni sus costumbres. Si lo es su necesidad de ir más y más lejos dentro de sí mismos. Y cuando, a pesar de sus esfuerzos, la realidad los acorrala, la traspasan.
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