Archive for junio, 2009

Con su blanca palidez

viernes, junio 26th, 2009

e2-3-blanco-y-negro-1.jpgPara ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

Hace mucho tiempo que Michael Jackson perdió los puntos cardinales. Ese afán enfermizo con el que soñaba desde niño de ser un negro de tez atenuada, le ha llevado a embarcarse en una demencia reiterativa. ¿Con  qué finalidad? ¿La de lucir su blanca palidez ante sus fans? ¿A pesar de, no sólo, decolorarse la piel si no las neuronas, y tirar por la borda lo más importante, su equilibrio emocional y su arte?

Se ha hablado y escrito, prolijamente, acerca de sus inclinaciones no muy claras hacia los niños, de sus encierros en cápsulas de oxígeno para preservar su salud y ¿buscar la vida eterna?; así como de los cientos de millones ganados y gastados, gracias a sus grandes éxitos, entre otros Thriller.

Sin embargo, no parecía ser feliz. Su aislamiento era notorio y, probablemente, en estos últimos tiempos gastaba mucho más de lo que ingresaba. Quizá esto último sea una simple anécdota porque, aunque digan que el dinero da la felicidad, si no hay contacto humano, afecto sin segundas intenciones y la línea argumental de tu vida se ha quebrado por buscar imposibles -como el de ser blanco cuando has nacido negro y con una voz prodigiosa- ya no eres capaz de vivir y aceptar la realidad de tu soledad.

Lamento, sobre todo, que no pueda subirse cincuenta veces a los escenarios, como tenía contratado, y que un infarto -o lo que sea- le haya obligado a hacer mutis por el foro sin permitirle contorsionarse y cantar, al menos, una ocasión más. Allá donde vaya y esté no se verá el color de su piel. ¿Asunto concluido?   

La caja de Pandora

viernes, junio 12th, 2009

e18-1-mujer-34.jpgPara ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

La directora de cine turca, Yesim Ustaoglu, ganó con La caja de Pandora la Concha de Oro a la mejor película en el Festival de San Sebastián 2008. Un año después llega a nuestras pantallas esta poética y durísima película que nos enfrenta a nuestras propias mezquindades, miedos a la soledad y a las enfermedades de nuestros mayores, además de a las propias. Tampoco se inhibe de subrayar la descomposición de la familia como tal. 

Rodada, por un lado, en un Estambul inhabitual, del que han desaparecido los lugares más turísticos para centrarnos, sin compasión, en el ritmo de las deshilachadas grandes ciudades y en barrios desposeidos de todo lo que no sea la supervivencia, la prisa, el trueque… en definitiva: el sálvese quien pueda. Y, por otro en las montañas, donde las minas de carbón anidan y el pálpito cotidiano nada tiene que ver con las angustias occidentales de trabajos exigentes y amores descolocados o a medio hacer, o casi a punto de finalizar. 

Tres hermanos, cuya relación parece brillar por su ausencia, se enteran de que su madre -la inefable actriz Tsilla Chelton, Concha de Plata a la Mejor Acriz-, ha desaparecido de su casa situada en la montaña donde vive sola. Deciden trasladarse allí y, ya en el camino, sin apenas ser conscientes abren esa caja de Pandora que encierra todos los males posibles e imposibles y que viajan en el interior de cada uno de ellos.

Tres seres con sus propias angustias, encerrados en cierto limbo existencial y en el egoismo: el hombre porque es, y así continuará, un Peter Pan sin ánimo de crecer ni de cambiar. Le abruman las responsabilidades y mientras tenga para el porrito seguirá instalado en su hippismo trasnochado.

La hermana mayor es incapaz de encarar la relación con su marido y su hijo. La apatía la invade -o quiere que la sepulte- y es incapaz de enfrentarse a sus miedos y, quizás, a las rupturas. 

La del medio, tiene un cargo importante en su trabajo pero una relación amorosa insatisfactoria -tanto es así, que la directora obvia a ese personaje para remarcar la importancia de esa ausencia-vacío-. Y, después de esto: ¿cómo van a saber encarar el Alzheimer en el que anda perdida su madre?

En esta otra mitad de la película, la directora, los actores -todos eficazmente convincentes- arrastran a los espectadores a algo, no por tan tremendo inusual, y cada vez más corriente.

El despiece de los sentimientos, de la lucidez, de la culpa, y de ése: «No va conmigo, porque YO no puedo con todo cuanto arrastro…», está dibujado con sensibilidad y, al mismo tiempo, con la dureza que el tema tratado debe llevar implícito, para intentar despertarnos de un mundo feliz que sólo habita en nuestros sueños. Si bien, siempre puede hallarse un respiro que, arrítmico, invite a comprender lo que necesitan aquellos a quienes las veladuras sólo les permiten una lucidez intermitente. No os la perdáis.

Las cunetas del franquismo

miércoles, junio 10th, 2009

e7-9-vilavicosa-03.jpgPara ampliar la foto haced clicen ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros.

Estoy segura de que si la Guerra Civil la hubieran ganado los republicanos, no habría ni un franquista enterrado en las cunetas, junto a las tapias de los cementerios, en los vertederos… Se les habría dado un entierro digno -al menos ése era el ideario que abrazaron millones de almas de ese pensar-. Muchos de los famiiares de esas almas andan perdidos en busca de sus restos para depositarlos en un cementerio con la dignidad que les corresponde. Pero no les dan los permisos.

Sin embargo, jueces de sotana y sacristía y de los que firman sentencias, además de las diferentes Administraciones -como las avestruces- no sacan la cabeza de los agujeros en los que se esconden. ¿Es esto democracia y reconciliación? ¿A qué juega el PSOE? ¿A decir que sí a la apertura de fosas pero escudarse en aquellos caciques, todavía vivitos y coleando, que no lo permiten? ¿Para cuándo una firma aceptando que los familiares que todavía viven -cada vez menos- entierren a sus muertos con la dignidad que les corresponde? No necesitan pompas ni boatos, ni que los franquitos que quedan lleven a nadie bajo palio. Lo único que quieren estas familias es encontrar a sus padres, hermanos, hijos y enterrarlos para descansar. Exactamente igual que aquellos que sí lo están desde el fin de la guerra, a pesar de haber dado un Golpe de Estado.

¿Se puede boicotear la apertura de tumbas y dormir tranquilos? ¿Qué clase de ideología gobierna este país, que continúa asumiendo las pautas de la derecha en cuanto a las exhumaciones? Ya está bien.

Menos mal que la jueza Tania Chico, de Benavente, ha ordenado la apertura de una fosa. Espero que el efecto dominó se haga patente y los auténticos jueces de paz pongan en marcha y, deprisita que no queda tiempo, el desenterramiento de los ajusticiados -sin juicio ni condena de por medio-  hace la friolera de unos setenta y tres años. ¿Hay quién aguante más?

La hija de Kafka

martes, junio 9th, 2009

e-13-1-c-kafka-0.jpgPara ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

Dicen que el delirio es salirse de uno mismo, inventarse una situación, un hecho, creerse alguien que no se es, desembocar en cierta locura patológica que tanto puede llevar a ser el otro que quieres ser o al descacharre, a la pérdida de brújula con la que hallar el norte o el punto cardinal que se quiera; sin ella, no hay forma de encontrarlo.

La novela La hija de Kafka, de Mónica Sánchez, es un tratado sobre lo proclives que somos los seres ¿humanos? al delirio. Con el fino bisturí de una escritora con recursos, disecciona, irónica y riéndose de ella misma en muchas ocasiones, dos historias a la vez sin estar loca -ella, la autora-. Dos historias que van de la mano y que tienen tanto que ver entre sí que asustan. Una de ellas habla de la vileza humana y de la salsa rosa en que se convierte la exhibición de Julia Pastrana, un ser real de corte simiesco, pero con la sensibilidad de un ser adelantado a esos tiempos de revancha, que se deja humillar y morir por amor. ¿Quién es, pues, la bella y la bestia?

Quien cuenta la historia de Julia es Milena, la hija de Kafka. Milena, no ha conocido varón y de tanta necesidad se obsesiona con su vecino, a quien ve mirándola por la ventana, y cree que puede interesarle. Y ahí comienza el baile moroso: no le gusto, tengo barriga, tengo las piernas así y asá, y mis pechos ¿qué pechos? no le atraen, además siempre está con mujeres delgadas, atractivas… Milena, en definitiva, quiere ser otra y este hecho la esclaviza hasta tal punto que llegará a no reconocerse.

La historia transcurre a ritmo galopante y engarzada en una escalera de caracol diseñada para no saber si se baja o se sube. Así, al unísono, se va viendo la vida pareja de las dos protagonistas: la maltratada y sumisa, Julia Pastrana, y Milena, esa hija de Kafka que sin saberlo lleva un escarabajo sobre sus hombros y copos de nieve helando su sentido común. Historia de amor, desamor, locura y solidaridad, tejida alrededor del lector con la que envolvernos durante mucho tiempo después de haber llegado a su fin. 

La novela está publicada en Ediciones El Andén. Y como tristemente ya sabemos, muchos de los libros que alumbran nuestros saberes y neuronas, desaparecen de las librerías antes que después, por eso es conveniente entrar en Internet, porque ahí están al alcance de todos. ¡A disfrutarla, para que publique más! 

¿Qué es la fama?

jueves, junio 4th, 2009

e1-7-musculos.jpgPara ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

¿Entelequia, neurastenia, ciencia ficción? Son muchos los que se pirran por conseguir, al menos, un minuto de fama en su vida; eso sí, sin pensar en las consecuencias. Y parece que las hay; en muchos casos fatales. El más cercano es el de Susan Boyle, a quien la elevaron al pico más alto del Universo y en volandas la exhibieron entre los dioses del Parnaso. Quienes lo hicieron -muchos- ni se percataron, ni ¿quisieron? darse cuenta de la frágil linea emocional por la que esta mujer  (como tantos otros, sin saberlo) estaba transitando o a la que se encontraba atada. El despeñe ha sido tan brutal que la han ingresado en un psiquiátrico.

El asunto tiene miga y no es para estar contentos con nosotros mismos: tan adoradores como devoradores de glorias. Procuramos su ascenso con la misma frivolidad que les abandonamos en caída libre hasta su silencio o desaparición.

No se trata de echarle la culpa a los medios de comunicación, que también, porque se hacen eco y amplifican nuestros despropósitos con igual banalidad sin ir más allá de la fenomenología de los casos y sus consecuencias. ¿A cuántos juguetes de esta guisa hemos empujado a perturbaciones, a no volver a levantar cabeza, a dejar de ser normalitos? No queremos saberlo. 

Al igual que nos llega el entusiasmo por algo o alguien, se nos va. Cuando nos enteramos de un caso como el de Boyle, ¿nos vamos a inmolar? No se trata de eso pero al menos sí podemos dejar de seguir la corriente de esos ríos creados para llegar a convertirse en peligrosos saltos de agua de los que es imposible salir vivo. ¿Acaso buscamos darle más morbo al asunto y más ventas a los programas o reportajes alimentados de tragedias para olvidarnos de la propia? Si es así, ¡estamos apañaos! ¿O, no?

Los hombres que no amaban a las mujeres

martes, junio 2nd, 2009

b6-azca-2.jpgPara ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción por otros.

Tenía intención de no decir ni una palabra de Millenium, las novelas de Stieg Larsson, hasta que no leyera la tercera entrega y tuviera que sollozar rotundamente por esas otras siete que nos ha robado el destino. Claro que al escritor le ha quitado la vida. Por esta causa me voy a ceñir a la película.

Fui al cine con cierta prevención, sabiendo que nunca podría ser lo mismo y dudando de que el resultado me dejara sin aliento, como así pasó con el primer volumen. Dicho lo dicho he de alentar el ir a verla.

¿Pegas? Puede haberlas para los ortodoxos, esos que quieren que todo se haga tal cual se ha escrito, pero no para mí, pues pienso que aunque la película esté basada en una novela, hay que dejar manga ancha al director y guionista para ciertas licencias. Desde luego no puede resumir cerca de setecientas páginas en dos horas y media -metraje que va en AVE, te mantiene en vilo y no te permite apenas respirar-. Resumiendo: un atractivo trabajo, unos actores solventes y creibles -superlativa Noomi Rapace, en el papel de Lisbeth Salander, ¡hasta anda como ella!, según la describe Larsson-; a pesar de que no aparezcan una serie de temas importantes, como sí sucede en la novela, la película es un ente en sí misma, con vida propia, intriga a tope y crítica total a los abusos sexuales y malos tratos contra las mujeres. 

Si alguien tiene algo que decir que hable-escriba ahora o vaya al cine y calle para siempre. Buena tarde o noche. Aquí me encontrareis para las controversias.

Un «cardenal» en el Cañizares

lunes, junio 1st, 2009

escanear0001.jpgPara ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

El río Cañizares se abre paso, bronco, entre cañizos -de ahí su nombre- que suele arrastrar. Mientras tanto suelta exabruptos como blasfemias, al tiempo que enciende velas a intereses ocultos y arrolla otros objetos al uso cuando se cruzan en sus circenses piruetas. 

El cauce de este río no controla las embestidas en el discurrir del agua; así pues salpica de cazcarrias a quienes no se apartan de su camino. Y si no hay nadie a quien manchar, se lo inventa. 

Dicen que este río es muy piadoso y ostenta un alto cargo en la iglesia fluvial. Sin embargo, el Cañizares -cada vez más ennegrecido- no puede entender por qué la gente se lleva las manos a la cabeza por aquellos subafluentes mojados y manchados hasta las trancas al arrasar purezas infantiles cuando -insisten- hay gentuza abortando el nacimiento de otras fuentes de vida en camino hacia los lechos de estos ríos. 

No se pierdan el incomprendido rasero por el que discurren el Cañizares y sus subafluentes; luego pásmense, si todavía no lo han hecho, con el Mayor -en dique seco desde que perdió el puesto a dedo en la nomenclatura PePina- defendiendo con capa y espada las tesis del Cañizares y su zambomba, un poco antes de ser corregido por quienes le han colocado en el disparadero hacia Europa. ¿Con qué calibre le envían al exilio? Ya se sabe no te fíes de los tuyos porque ¿quiénes son y dónde están?

¡Un poquito de por favor y menos Españas de pandereta y sacristía! Aunque lo hayan olvidado tenemos la Constitución que hemos conquistado después de que muchos ríos como el Cañizares llevaran bajo palio al dictador. ¿No sería mejor que de una vez por todas, salieran de su sinuoso y estrangulante cauce y se relacionaran con el mundo, no el que habitan, tal cual les manda la iglesia fluvial, se casaran y tuvieran hijos? Pues eso. Colorín, colorado, este cuento se ha acabado. ¡Ya está bien, hombre!