La soledad no es esto

e22-2-pekin-0.jpg Para ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

La plaza de Tian’anmen, en Pekin, es de una anchuridad que corta la respiración. Es cierto que el trasiego de los turistas, tanto del propio país como los de otros lugares, colman con creces sus rincones -bien alejados los unos de los otros- regalando escenas insólitas que, por ellas mismas, ya son una novela.

Es julio de 1995; y este niño -con pantaloncito abierto por el culete, para hacer pis o pos si le vienen las ganas- no está solo aunque eso pueda parecer. No tiene nada que ver con ese guardia que no se mueve del sitio aunque caigan chuzos de punta, porque en ese metro cuadrado, de los otros cientos o más que abarca la plaza, es en el que le corresponde estar. Tampoco con el hombre que parece enfrentarse al guardia, pero que simplemente está tratando de eludirlo por la derecha.

Entonces ¿con quién está el niño? No lo sé, aunque es probable que su familia estuviera detrás de mí emulando mi gesto. Incluso yo podría estar en la foto que sacaban al niño y de la que no sé nada ni, lo más seguro, sabré nunca.

En estos lugares, donde el turismo es de masas, puede pasar que todos nos fotografiemos a todos y cuando, una vez en casa, veamos las imágenes para recordar y constatar que estuvimos allí, nos demos de bruces con muchas pequeñas historias, plenas de intérpretes de su propia vida, de las que nada conocemos, ni conoceremos.

A veces las fotografías son como un calidoscopio empeñado en crear nuevas imágenes a medida que se gira el tubo. Como la vida misma.

One Response to “La soledad no es esto”

  1. La intrusa dice:

    La vida cada vez me parece más un juego de cajas chinas. Él en tu foto; tú en la suya. Los que nunca fuimos a China en las dos, o tres, o infinitas historias que hay dentro de una imagen. ¿Y si la vida no estuviera en lo que vemos sino en la mirada? Por cierto la mirada ¿dónde está? ¿en los ojos, es decir, el cuerpo?. ¿Estará en la mente? ¿A medio camino entre lo físico y todo lo demás
    ¿Y si el niño, el guardia, el hombre de la media espalda fuesen tanto o nada reales como tú, que nos dices que tomaste la foto pero nosotros no estábamos allí para asegurarlo.
    ¿Y si fuese el guardia el que lleva la culera del pantalón abierta o si la media espalda del hombre que huye estuviera buscando desesperadamente a su otra media que nunca fue a China?
    No sé si de cajas chinas, pero juego… es juego.

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