Andreas Dressen el director de En el séptimo cielo, se ha atrevido con un tema -el sexo entre las personas mayores de 60 años- bastante intocable en el mundo cinematográfico. No estoy segura de si esto ocurre porque este tipo de cine no vende (nadie quiere ver a los viejos haciendo el amor con deseo y disfrutando de lo lindo como si tuvieran 18 años) o porque es más rentable y estético el mundo joven: pieles tersas, gestos atléticos, movimientos sensuales…
Bien es verdad que los protagonistas de esta película: Ursula Werner, entrada en carnes, mirada vidriosa pero atrayente, no es el prototipo de la infinidad de barbis que están en el mercado, pero es tan real y tan creible que cuando le traspasa el deseo por un hombre de 75 años, que nada tiene que ver con su marido, se pone el mundo por montera y decide gozar cuanto ya tenía olvidado. ¡Y claro que lo logra! No es difícil porque el amante es todo vida y está dispuesto a merendársela junto a ella el tiempo que le quede.
Transgresora, tierna y amarga al mismo tiempo, porque no es fácil salir indemne o no hacer daño cuando no se es totalmente libre.
Aunque miremos, púdicos, hacia otro lado cuando observamos alguna carantoña entre los mayores, el sexo existe y persiste en todas las edades. Es más, comentan, que mucho mejor que cuando eran chavales.
¿Acaso hay que sacrificar esas campanillas que tocan a rebato cuando estás con el amante por no herir a un marido con el que ya no vibras?
Buena pregunta para la polémica. ¿Alguien quiere poner el cascabel al gato? Os advierto que araña.
No la he visto pero con tu comentario me han entrado muchas ganas de verla. Busco las salas dónde la sigan proyectando y veo que en Madrid ya ha desaparecido. Imagino que no me va a quedar otra que verla en casa, en pantalla pequeña.
Cuando la vea volveré a comentar.
Paz
Me hablaron de la película y me entraron unas enormes ganas de verla así que deseaba que una de las pocas copias que llegaron a España estuviera a mi alcance.Y la ví.
Éramos tres espectadoras y las tres con edad de merecer.
Pero mi intención no es comentar la película aunque sí diré que me gustó y que me identifiqué con los personajes y doy fe de que estas historias son más cotidianas que extraordinarias y que la vibración del amor, de la pasión la rozamos todos los días.
Mi comentario se centra en esa tercera espectadora, las otras éramos mi amiga y yo.
Estuvo moviéndose en su asiento, intranquila, nerviosa. No resistió más de 20 minutos de película. Se fué con la cabeza baja.
Qué pasó… ¿deseo?, ¿frustración?, ¿culpa?…
Qué haces chica, le dije mentalmente, la vida pasa demasiado deprisa y no podemos ni debemos dejarla escapar. Siente, siente como si fuese el último día de tu existencia.