El desfile

e1-1-san-francisco-5-jpg.jpg  Para ampliar la foto haced clic en ella. (Foto propiedad de la autora. Sin permiso de reproducción a otros).

Siempre me han dado miedo los militares, incluso cuando desfilan para lucir el palmito y mostrar sus armas, cascos y pertrechos más limpios que la patena. Supongo que desfilar delante de los curiosos, les pone. Es como si estuvieran sobre un escenario actuando.

¿Y qué ocurre en tiempo de guerra? ¿Acaso los militares piensan que sólo están representando un papel o jugando a los soldaditos de plomo? (El plomo viene a cuento por las balas, los cañones, los morteros…). 

No sé si el ensoñamiento que nos produce la parafernalia militar, tiene que ver con los uniformes, tan aplaudidos en las pantallas de cine, con las heroicidades que airean o con las mezquindades que ocultan.

El asunto es que a mí ese desfile visto y vivido en directo en San Francisco, en 1985, me dio para captar esta imagen de paz con reflejo incluido. ¿Qué pensaría de mí ese soldado? ¿En algún momento, si está vivo, se preguntará lo que yo me pregunto? 

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